IL CAVALIERE DELL'INTELLETTO (1995)
(El Caballero del Intelecto)

Opera  en 2 actos para actores, solos, coros y
orquesta.
 
 
ACTO I
 
02- Manifiesto del Día
 
(Plaza  de  la  Catedral  de Palermo, a lo lejos, un
gregoriano)
 
Uno
Dime,  quien  se  corona  Rey   hoy?  (Finge  mirar)  
Nadie,  no  hay nadie sobre el trono,  nadie  en  el 
cortejo  (un niño de cuatro años no  es nadie).  En 
hechos de magias y hechizos en esta isla  todo es
posible.  Magos  y   nigromantes  hacen  aparecer 
un  Rey. Trabajáis sobre  vuestro  aliento  y sobre
nuestro delirio. Hecho de rocío y similar a la boca
de una flor…Digno de nosotros, en fin...
Pero, ay de mí, no veo a nadie  (un niño de cuatro 
años  no es nadie)
 
Otro
Cállate,  eructo  pestilente  de   un  odre  lleno  de 
podridos vientos, comedor  de basura, oveja loca.
La idea de soberanía  se corona,  ella en  persona 
se sentará en el trono.  Escucha.
 
Un canciller  (doctoral, mesurado)
La lengua de las lenguas. Marino da Caramanico,
(Juez  de  la  Magna  Curia)   retorna   a  esta   fuente, 
bendito sea Su nombre, al señor Séneca  que en
el  "De clementia"  (Libro de Séneca)  hace  decir al
soberano de los soberanos,a Nerón se entiende:
“Yo  soy el  árbitro  de la  vida  y de la muerte  de 
los pueblos. Cuál  debe ser el destino y el estado  
de cada  hombre  depende de  mis  manos.  Y  la 
suerte    anuncia    por    mi    boca   aquello   que
pretendo atribuir a cada mortal"...
 
Uno
Rey  es  por  tanto  el  que  me  puede  matar  en
cualquier  momento.  Hazme  brotar  el  cerebro
fuera   de   la   cabeza,   arráncame   las  piernas,
cuélgame por las tripas encima  de  un minarete
y en  cambio... déjame  vivir. 
 
Otro
Escupitajo de una alcantarilla,continúas todavía?
Sabios  consejeros   rodean  un  Rey  y  él  ofrece
graciosamente su oreja. 
 
Uno
No,  amigo.  El  sepulturero  es el  único ministro
que un Rey escucha.
 
Coro
"Cristo victorioso. Cristo reina. Cristo ordena”
 
03- Dialogo entre Federico y  Michele Scoto
 
(Las calles de Palermo, niños vagando, gente. De  
nuevo   un   rumor   de  lenguas,  fragmentos  de
palabras  se  sienten más que otras: judío, árabe,
griego,   alemán   ("un   ladrido   de   perro   y   el
graznido de un cuervo"). 
Silencio repentino.)
 
Federico
Señor Scoto,  en  nombre  de  Aristóteles, detente.
Tus razonamientos van de prisa. Necesitas pararte.
Parándose, Aristóteles encontró  un Dios,  pero yo
me  conformo  con  mucho  menos: cierra  la boca
por un momento.
 
Michele Scoto
Su majestad sabe, señor Rey, que el argumento es
impresionante.  Vuela   como  sus  halcones.  Y  es
fuerte como un tigre… 
 
Federico
¿Y luego?Que distingue aquí un razonamientos de
un  mugido  de  buey?  Ambos  tienen  una  fuerza 
enorme. Escúchame bien. Toda  la bóveda celeste
de  tu  filosofía  se  derrumbaría,   entiéndeme,   si  
debiéramos   esperar  la   última  capa  de  cal:   el
argumento     decisivo.     ¿Alguna     vez     lo    has 
encontrado?  (Burlándose)  Estamos en la fase  de 
luna  creciente, puedes pues contestarme!
 
Michele Scoto
Majestad,   te   he  dicho  las  propiedades  de  los
minerales   y  de   los   metales,   y te  hablé  de  la
naturaleza de las drogas y las plantas.
¿Tú  crees  que  yo  llegué  con  los  ojos  y  con  el
razonamiento?
 
Federico
Hay  cosas  que  tu  razonar,  aunque  lo  lanzaras
en  alto no  las  atraparía, como no atraparías una
mosca.  Te   diré,  Michael,   no  amo   a   Sócrates,   
charlatán  desvergonzado,  pero  has  oído hablar 
de  Parménides?  El   dice  con  sencillez,  escucha
atentamente:  “Yo te ordeno:  el  ser es y el no ser
no es”.
Tú  sabes  que  sobre  esto  se  sostiene  la  noble
filosofía.  Quizás   pues  sobre  un razonamiento?
No, sobre una orden.  
 
Michele Scoto
Tú hablas como Rey.
 
Federico
La  naturaleza  de la verdad es ligera como la de
una  cortesana.  Tú   con   tus  razonamientos  la
cortejas.  Yo  con  mis  órdenes la poseo.   Sí,  mi 
Scoto,  la  verdad es cosa de Rey, no  de filósofo.
 
Un canto
Voló  con  las  alas  de  la  durabilidad,  en  el aire
de  la  no-calidad  por  encima  del  campo  de  la
eternidad  y  vio  el árbol de la unidad para darse
cuenta de que "todo aquello” era  ilusión.
(Un Sufí)  
 
04- Duelo
 
(Danza)
 
El bufón
Yo soy el bufón. Yo sólo tengo derecho  a  hablar 
del pasado. En el cómico el destino del individuo 
se  revela en  la  risa que despierta  a  un   héroe  
atrapado  a   patadas   o  a  un   Rey   muerto.  El
lamento solemne que constituye  la  esencia   de  
la  tragedia  ahora  es  sustituido de la risa hasta
las lágrimas  al cual  la risotada se le ahoga en la 
garganta.  Como  fenómeno  colectivo  la risa  se
revela tarde.  Antes  de  que se imprima sobre la 
cara de un hombre cualquiera, como una marca
bestial,    la    risa   todavía    es   asignación   real.
Ahora,  sin embargo,  la experiencia de la risa se
vuelve común. Reír no es además cosa de héroes
que  se  ríen  de  los  otros. Ya no ríe solo el  Rey,
cuyo derecho a reír es consagrado  por  el bufón
que   lo  sigue   como   una  sombra.   La  risa  es
profanada. Junto a la insignia del Rey, la gentuza 
se adorna con la gorra de cascabeles: el derecho
a  reír como  inmortal principio no escrito. Ahora 
cada   uno   se   ríe   de  los  otros.  La  risa  idiota
sustituye  al  murmullo.   En  lugar  de  la  culpa y
de  las  ofensas  trágicas.  Patadas,  en   lugar  de 
venenos y puñales. Gestos en lugar de  acciones. 
El  pasar del gesto a la acción señala el  traspaso
a la edad del cómico; es el  momento  en  que la
misma tragedia cede las armas.  Ahora el  fuego, 
como   dice  Hebbel   (Dramaturgo   y  poeta  alemán)  
en Judiht,  (Drama en prosa)  sirve  para  cocinar las
coles...
 
(De  repente  se interrumpe , se  coge  la  cabeza
entre las manos, como por  un  imprevisto dolor,
se sacude y a continuación:)
 
…más  el  muerto  chilla  como  un  ratón  en  mi
cráneo, o Dios! la cola se enreda entre hemisferio
y hemisferio...Corre arriba y abajo,arriba y abajo,
ya vamos, Federico... cae en la  cavidad cerebral 
a través del plexo coroideo del tercer ventrículo, 
excita mi imaginación.  Ahora se descarga sobre 
la  parietal lugar de  la memoria, lo juro sobre la
anatomía de Mondino (Médico italiano)  de  allá ha 
de  venir  y  Paff... cae  sobre  mi  lengua, solicito
voz,palabra. Y todo lo que él hizo? Sus acciones? 
Como es verdadero que mi nombre no es Yorick 
(Bufón en  Hamlet  de  Shakespeare)  y aunque lo soy, 
lo que queda es la palabra. 
 
Bailarines  y  músicos  de  trompeta irrumpen en 
la escena -Abulafia:
(Cabalista español) “No es difícil
de  suponer que su  amplia corte  de bailarinas y
músicos   de  trompeta  musulmanes  suscitasen
impresiones    extravagantes    en   los  visitantes
provenientes del Norte”.        
 
Isabella
Adiós mi Siria, mi patria, adiós,
incluso náufraga volveré a tus arenas.
 
05- Aria de Isabella
 
Soprano
Adiós mi  Siria, mi  patria,  adiós, 
incluso náufraga volveré a tus arenas.
La  historia  ha  necesitado  también  de mí
desteñida sombra,    para  dar  al  conjunto 
algunos  efectos. 
Quién fui? Una mano de nada.
Sobre  el  retrato  de Federico.  
Isabella, petite moi-meme. (pequeña yo misma) 
 
Coro
Adiós   mi   Siria,  mi   patria,   adiós,
incluso náufraga volveré a tus arenas. 
 
06- Isabella  lee
 
Isabella lee la “Carta de Federico a Michele Scoto”
 
A mí, Isabella de Brienne es confiada la carta que 
Federico escribe en 1227 a Michele Scoto.
Yo moriré un año después.
 
“Preciosísimo  entre  mis  maestros, a menudo en 
variadas  formas hemos entendido las  preguntas 
y  respuestas  acerca   de  los  cuerpos celestes, el
sol, la  luna, las  estrellas  fijas,  y   los   elementos,
al   alma   del   mundo,  a   las  gentes  paganas   y 
cristianas  y  las  otras criaturas  bajo la tierra.  Sin
embargo,    nunca    hemos   entendido    algo   de
aquellos  secretos  que  pertenecen al  deleite del 
espíritu  y de la sabiduría,  vale  decir  del  Paraíso   
y  del  Infierno,  de  los fundamentos  de  la  tierra  
y  de  sus   maravillas. Y  si  existen  varios cielos y
quien  los   guía; y  la  exacta  medida que  separa 
un  cielo  del  otro  y  lo  que  existe  más  allá  del 
último cielo; en que  cielo Dios, por su naturaleza, 
es   decir,  en   su  divina  majestad  se  encuentra.
Y en qué modo El se haya sentado sobre  el trono
celeste, y cómo  El  hace  coronar a los  ángeles  y 
donde  exactamente se encuentra  el  Infierno,  el 
Purgatorio,   el   Paraíso:   bajo    la   Tierra,   en  la
Tierra o sobre  ella?  Y  cual  diferencia  transcurre 
entre   las  almas    que    cada    día   arriban    allí.  
Y   queremos  saber  si  un  alma   en  el  más  allá 
reconoce a otra alma  y  si alguna de  ellas  puede
volver    a    la   vida    para   hablar    con   alguien, 
o  mostrarse  y  cuántas  y  cuáles  son  las  penas
infernales”.
Esto   pide   saber   por   boca   mía   (Isabella), mi   
Federico.
Más   por   mi  cuenta  ya   tengo   la  certeza  que  
él  no  lo preguntaría si no lo supiera ya.
 
07- Aria de Constanza de Aragón
 
Soprano
A  través del coito  participo de tu realeza.       
Por  los  mil  caminos  de  las caricias (especias de
amor) me uno a tu  suprema  Idea  que  consagra 
a la  Orden un conjunto de canallas y de asesinos
engendrados de esperma. 
¡Ah!  Federico, a quien amo, cuando amo?
 
Soprano y coro
 Abrazo tu idea, resplandeciente como la armadura,
pequeño broche  de  bodas que  te di, o al cuerpo
robusto,  forjado por  cazas  y guerras, también al
amor más exquisito?
 
Federico
Señor notario Jacobo, os hago llegar con caballos 
veloces a Lentini, (Sicilia) vuestra pequeña patria y
quién  sabe  de  quién  más,  este  soneto  que no
tiene  nada  de nuevo ,  os juro,  mas  como  nada
de nuevo  existe en el eterno círculo de los cielos. 
Desvestiros, notario, de  vuestra doblez,  usted  y  
todos   los   lentinesis,  y  temerme si no me decís
la verdad...
“¡Oh desgraciado! 
No  pensé 
si fuerte me pareciese
el alejarme de mi mujer;
que entonces yo me alejase...
 
Coro
Oh!  Desgraciado!  No pensé
Si  fuerte  me  pareciese
 
Bajo
El  alejarme  de mi  mujer;
que entonces yo me alejase,
así  paria  que  yo  muriese,    
embrujado   de  su  dulce  compañía;
y  ya  nunca  tanta  pena  no  duraría,
si  no  cuando  en la nave  permanecía.
Y  ahora me  creo morir  ciertamente,    
si a ella no regreso inmediatamente…