A la memoria de Giulia
 
La cama de níquel donde me esperabas de muy joven,
el radio gramófono que cogía todo,
cuando te llevaba a aquel café,
"Traiga fresas con nata" decía,
y soberbio te miraba mientras el otro
se giraba haciendo muecas
mofándose de mí. 
 
Aquella foto que llevaba siempre encima,
antes que un cajón la guardase y desluciese,
supe así de tu muerte
y recordé cada rizo
y en tu semblante la suerte.
Mi memoria saca recuerdos de un sombrero
sin que yo pueda elegir los que quiero.
 
He tenido alegrías.
A veces nos dormíamos los tres,
yo, tu madre y tú en la misma cama,
cuánta inocencia, qué santa Trinidad,
era un gesto de afecto y respeto.
¡Oh! memoria! Por qué me engañas,
por qué cómo si fuese viento,
me echas este polvo hacia mis ojos;
acariciaba tus rodillas
y tu corazón reía satisfecho.
He tenido alegrías, sí.
Te recuerdo así, mi pobre Giulia,
clara y risueña.
 
Impaciente me esperaba la vida.
Y el viento muy leve de mañana
se llevaba cada cosa.
Tenía diecisiete años.  (Sgalambro–F. Battiato)
 
LA EMBOSCADA-1996