TELESIO   (2011)
La Obra se compone de dos actos,
más un epílogo.
 
 
PRIMER ACTO
 
- Primera escena
 
Gran Plaza. Mucha gente pasea. Rumor de voces. 
 
Coro
La  intriga de  las  ideas  avanza  ante  su  mirada
como un  montón  de  infames  esencias.  Burdel
de  lo  inteligible.  Taberna  del  Espíritu.  Invaden
en  él  las  ideas. Pero,  contrariamente  a  lo  que
dice  Platón   ninguna   idea   se   puede  ver  ni  a
ninguno le ha  sido dado verla.  Sin  embargo,  se
podría  lanzar  una  mirada  más  allá del sueño y
ver las ideas nos afectaría el mutismo del mundo
por encima de lo sensible.
 
Los rumores  terminan  bruscamente, sobre la
plaza  comienza  la  Danza del  Calor  y del frío.  
 
- Segunda escena
 
Los bailarines,  casi inmóviles
(Mientras la danza comienza:)  
 
Telesio (comenta)
Me dio por estudiar el  frío y el calor,
no sólo con la compostura del filósofo, 
más con el alma feliz de quien se estremece y arde
y así se siente vivo.
Encontré así en mi mismo una prueba aún
de la potencia de ambos.
Y el término vida me parece que los resume.
 
- Tercera escena
 
Un Docto amigo de Telesio:
Sólo  en   un  ser   durmiente,  incierto  y  oscilante
entre realidad y sueño, inmerso en un semilíquido
entumecido  arraiga  aún  una  conciencia  de algo
a  la  que  se confía más o menos  completamente.
Algo  que  "ama”.  La naturaleza se conoce solamente:
Telesio no la ama.  El  esfuerzo  humano no ofrece
un estímulo  más  decidido que el que deriva de la           
naturaleza en el momento  en  que un volcán está  
en plena actividad, o el mar agitado y tempestuoso,
o  en  el  que  el  Calor  y  el  Frío  se  desenfrenan?
La aburrida e insulsa  vida práctica  -  ósea aquella
que viene llamada vida real  - por ejemplo a quien
tiene  ojos  solo  para  contemplar  la  naturaleza y
manos para ajustarse  las gafas para verla?
 
Sale de escena
(Telesio entra del fondo. Pasea nerviosamente):
 
Telesio
Sinceramente  la naturaleza me aburre. El  hábito
certifica  el  sentimiento  de existencia  propio del
filósofo.     Está    entre    los    vicios   llenarse   de
existencias. Para el filósofo también la Naturaleza
es  una costumbre de trabajo.  El  profano espera
sus   certificados   de   existencia.   La  naturaleza,
anunciada    por    un    filósofo,    es    como   una
enfermedad  oculta  diagnosticada  por  un sabio.
En   cuanto   a  mí  la  encuentro  sobre  mi  mesa
junto a mí pluma.
El  filósofo para decirlo de modo jurídico, tiene un
contrato solo con la verdad: “Mi amiga o enemiga,
juro de pensar solo en ti, de llegar a  las  profundi-
dades más abismales para llegar  a  ti,  de  escalar
cumbres,  vagar   por  los  bosques  o  donde  sea,   
ladrar como un perro, con tal de llegar a ti”.
 
- Cuarta escena
 
Coro femenino
Huésped él es del reino cerebral.
Codicioso de estrellas brillantes,
codicioso de vientos, de rayos y mares.
De colores y sabores se expone al colapso,
a la ruina. Indaga. Pensar él puede todavía.
Aún le reserva sorpresa.
 
(Coro masculino repite) 
 
FIN DEL PRIMER ACTO